domingo, 4 de diciembre de 2016

Trocitos de cielo





Trocitos de cielo

El niño Jesús
mira desde abajo,
solo ve gigantes
y agita los brazos.

A veces se asusta
de un trueno lejano,
a veces se agita
cuando cae un rayo.

Tiene en sus manitas
la postal que trajo
el divino cartero
desde su palacio 

Te la doy, recuerda,
este es tu reinado:
tu casa del cielo;
cuando vuelvas, claro. 

Viene un pastorcillo
y entre los dos brazos
lleva un corderillo 
que deja a tu lado.

Tú se lo agradeces
rompiendo un pedazo:
un trozo de cielo
le has regalado.

Hasta tu pesebre
llegan los tres magos:
un poco de oro 
y de mirra un frasco,
de incienso una caja
son sus tres regalos. 

Tú se lo agradeces
y les das, llorando, 
tres trozos de cielo
de estrellas cuajado.

Muchos personajes
visitan tu extraño
pesebre de paja. 
Ya te están mirando
tendido, postrado:
son grandes actores, 
ricos mandatarios,
hermosas mujeres,
curiosos... son tantos...

Viene mucha gente,
hablan a tu lado,
se ríen contigo,
pasan un buen rato

Tu rompes trocitos
de cielo azulado,
con una sonrisa
los vas entregando.

Tu postal celeste
ya se está acabando
a tu cielo solo
le queda un pedazo.

Miras a tu madre
que te cuida tanto;
con una sonrisa
pones en su mano
él último trozo:

- Toma madre mía:
el trozo que guardo
para ti: la estrella
que me está alumbrando.

1 comentario:

  1. El villancico está inspirado en uno de mis alumnos de Atención Educativa Domiciliaria. Es mi personal visión del desamparado Niño Jesús al cuidado de su Madre. No siempre mis visiones son compartidas por los protagonistas, advierto.

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