A los jóvenes amantes de la velocidad
Medita con humildad
cuando aquí aparques el coche:
Si en destreza haces derroche
y alaarde en velocidad,
modera tu vanidad
y sírvate de consuelo
que sobre este mismo suelo,
cuando llegaba a esta villa,
conel cordel a esta anilla
ataba el burro tu abuelo.
Reduce tu actividad,
tu trajín de día y noche
abandona ese derroche
que te permite la edad.
Correr tanto es necedad
mitiga un poco tu anhelo
que, aunque sé que estás en celo:
con ir a toda pastilla
llegarás a la otra orilla:
sea al infierno o al cielo...
Y, los que sois de ciudad,
y aparcáis el carricoche
en la acera, en la mitad,
volved a la realidad:
dejadme un poco de suelo
o, como hacía, mi abuelo
sin poner la otra mejilla:
como a un burro, por la anilla,
os ato a un poste, so lelos.
CANCIÓN
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