Reproches
Las palabras suenan frías
en esa boca podrida
que, gracias a Dios, no niega
que pronuncia tonterías.
Y esos dedos están fríos
cuando la pluma ha perdido
aquella tinta caliente
que otras veces ha tenido.
Y el alma se me amortaja
por sí sola, la vista baja.
No mira, en sus ojos los reproches
le brillan como navajas.
CANCIÓN
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