El terrorista
Ha salido a matar y vuelve tarde.
Oculta en la maleta la máquina asesina.
El calor de la tarde está húmedo de sangre:
muchos cadáveres expiran a tus espaldas,
es tu cosecha de segador de vidas.
Tu corazón aún se espanta del suceso.
riega tu cuerpo la emoción del miedo.
bailan tus ojos al ritmo de los estampidos:
una lenta escena de una mala película,
caen los muertos mojando de sangre el asfalto.
Huyes, la policía te persigue;
pero hay refugios impermeables
a las tormentas de sangre.
Gotas de sangre resbalan
por las hojas de los periódicos,
algún animal ferozmente humano
las sorbe poco a poco, las saborea.
El calor de la tarde está húmedo de sangre:
muchos cadáveres expiran a tus espaldas,
es tu cosecha de segador de vidas.
Tu corazón aún se espanta del suceso.
riega tu cuerpo la emoción del miedo.
bailan tus ojos al ritmo de los estampidos:
una lenta escena de una mala película,
caen los muertos mojando de sangre el asfalto.
Huyes, la policía te persigue;
pero hay refugios impermeables
a las tormentas de sangre.
Gotas de sangre resbalan
por las hojas de los periódicos,
algún animal ferozmente humano
las sorbe poco a poco, las saborea.
CANCIÓN
A veces, por la prisa, admites intrumentación que no del todo se adecúa a tus poemas. No es que esté mal... es que le falta algo. Suno, a veces, acierta en un 150%; pero otras no encaja en su producción con lo que te gustaría.
ResponderEliminarEs este un viejo poema, creado a rebufo de uno de aquellos asesinatos de la bada ETA en mi pequeña habitación de poeta y estudiante en Burgos. El terrorista se alimenta de la publicidad de sus actos. No actuaría así sin los altavoces de la prensa que amplifica el miedo y multiplica sus acciones en cada lector.