soñando en alcanzar su propio cielo
burlar quisieron a su Dios ausente
y ahora, caídos, esperan su sentencia.
Yo quisiera ofreceros consuelo,
indulto a todos, perdonar querría
vuestra culpa necesaria e inocente,
por delitos que no fueron de consciencia.
Porque yo en mi culpa y rebeldía
nada hice, aún sintiendo anhelo,
y escondido de legal entre la gente
escondí mi culpa en la inocencia.