Poema de hospital, alivio humano
que permites a un cuerpo dolorido
escapar de su destrozo así sufrido
y alcanzar el cielo con la mano.
Y hurtar así, de nuevo, a los gusanos
el sustento que por ley les es debido,
un tributo que al final es recibido
aunque sea más tarde que temprano.
Aquí reparan los cuerpos en reposo,
aquí calman el alma atormentada,
aquí cierran las heridas mal curadas.
Pero al paso del tiempo tan furioso
a su paso imperturbable y misterioso
aunque se opone, no puede hacer nada.