Escuchando de madrugada “Cartas de los locos”, en Radio 3.
Te escibo una carta que nadie leerá,
Sin santo y seña. Sin destinatario.
Es un papel en blanco; como mi vida aquí.
No me oiréis jamás.
No sentiréis el golpe de la puerta que se cierra.
Ni os bañaréis en el cieno en que me hundís,
nunca, nunca, nunca más…
Me habéis dado a beber el vino del olvido,
tengo por duplicado el certificado de la no existencia.
No sentiréis el golpe de la puerta que se cierra.
Ni os bañaréis en el cieno en que me hundís,
nunca, nunca, nunca más…
Me habéis dado a beber el vino del olvido,
tengo por duplicado el certificado de la no existencia.
Todo porque sueño de día
tus sueños de noche,
porque lloro por fuera
tus penas de dentro,
porque me río por dentro
cuando tú por fuera…
La razón es una estadística:
los locos somos los menos.
CANCIÓN
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