Aquel árbol tenía un cálido corazón de poeta
Escribía versos en sus hojas en cada estación.
Versos en primavera llenos de esperanzas verdes,
Versos maduros en veano, de aromas afrutados,
Poemas amarillos en otoño, dorados por la luz
Poemas de ausencias en invierno blancos. Y vacíos...
Poemas, poemas, milhojas de versos,
Hermosos tejados tupidos de líricas tejas
Alas de mariposas, pestañas de viento,
Libros desplegados en abanicos blancos
Esparciendo al aire palabras y versos
Aventando historias, columpiando ideas,
Dejando lluvias de copos vegetales
impresos de emociones, de sentimientos escritos
Efímeros, de mutable belleza, caducos...
Pero en pasando su estación renacidos,
Nuevamente hermosos, plenos de versos renovados,
Una nueva infancia de talentos
Un vestido nuevo de rimas decorado
Escrito con pigmentos vegetales
Sobre pergaminos marrones y amarillos,
Sobre hojas verdes y Esmeraldas
Escondidos en los brotes incipiente
Gérmenes del éxito futuro
Proyectos de miembros venideros
Poetas de reinos vegetales,
Crecidos de la tierra, regados con la lluvia (el agua,)
Fortalecidos por el sol, alentados por el aire
soñados en las venas capilares
Del duramen interior del viejo tronco
Corazón de Madera perfumado en trementina
Duro como el alma que murió mil veces
Vivo por mil resurrecciones
Herido por mil hachas asesinas
Abrazado por brazos infantiles
Tatuado de corazones y saetas
De hormigas desfilado (explorado)
De pájaros habitado...
Por tantos poemas revelados
Poeta te nombro y te convoco
Al Parnaso, no por llama ni por tronco,
Por poeta principal, por invitado.
CANCIÓN
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