¿Alguien puede imaginar la tortura de un caracol que ha cruzado una ancha pista polvorienta sobre la grava y termina, agotado, en la otra orilla junto a la áspera textura de hojas espinosas, piedras, tallos cortantes... Todo ello sobre su piel suave y, con la humedad perdida, seca tras dejar su hilo de plata durante una decena de metros...
¿Alguien puede imaginar la tortura de un caracol que ha cruzado una ancha pista polvorienta sobre la grava y termina, agotado, en la otra orilla junto a la áspera textura de hojas espinosas, piedras, tallos cortantes... Todo ello sobre su piel suave y, con la humedad perdida, seca tras dejar su hilo de plata durante una decena de metros...
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