Pasaste a mi lado sin que te notara
me susurraste al oído pero no te escuché.
Ahora te busco y apenas encuentro tu rastro
perdí la pista y ya no te diviso.
Sé que susurraste en mi oído tu canción, tu mensaje,
pero yo estaba absorto en insignificantes importancias
levantado con el aire tu poema voló aleteando.
Ya no lo alcanzo, se deshizo en nubes.
A lo lejos construyes estrellitas con ráfagas heladas
dibujas arco iris con un puñado de lápices de colores
derramas chispas de agua sobre la hierba
y llenas el cielo de algodón de azúcar...
Y yo me decepciono de mí mismo
por no estar cuando pasaste
por mirar a otro lado, distraído por la prisa.
Quizás vuelvas si me quedo quieto.
Quizás tu regreso se produzca
cuando te espere de verdad acurrucado,
la prisa espanta a los vilanos...
Inmóvil, con las palmas abiertas, te espero.
Tengo que repasar y pulir estos poemas. Son versos a vuela pluma, versos de urgencia... Algún día ajustaré el ritmo, afinaré los sonidos y pintaré las palabras para que el poema sea perfecto.
ResponderEliminarMientras tanto... lo apreso: que, errante, no se pierda en lo pasado.
A mí me gusta así.
ResponderEliminarY a mí también, pero sé que podría hacerlo mejor. Hay veces que intuyes el potencial de un poema, de un texto apenas esbozado. Esta es una de ellas.
ResponderEliminarBellas letras llenas de esperanza......Saludos
ResponderEliminarSi, inmóvil con las palmas abiertas, espero...
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