Allá por San Valentín
recién floreció el romero
busqué en el campo la flor
el catorce de febrero
En el almendro el amor
estalla con mil "te quiero"
y entonces busca, por fin,
a su pareja el jilguero
y yo, tu pobre arlequín
dibujo en papel, sincero,
y te regalo, mi amor,
mi corazón, por joyero.
Hacer un corazón de papel "que late" fue una actividad original y divertida que cada año, por San Valentín, repito con mis alumnos/as.
ResponderEliminarLo aprendí en un concurso de poemas en Guadalajara ("Arriversos") al que me presenté. Resulté ser uno de los finalistas y, al asistir a la entrega de premios, recibí un corazón plegado con un poema (secreto) en el interior.
Me pareció un bello detalle y, cada año, lo repito por estas fechas. El poema alude a este gesto.
También regalé un rojo corazón de papel a una apreciada niña muerta. Fue una de mis alumnas en Atención Educativa Domiciliaria y, apenas unos días antes, habíamos estado haciendo corazones como estos. El día de su entierro arrojé sobre la tierra que empezaba a cubrir su ataud un delicado corazón de papel. Mi último regalo y mi recuerdo para la joven Nadia.