sábado, 11 de marzo de 2017

Triste la flor


Triste la flor, los pétalos ajados,
inclina su corola sobre el vaso:
"Tú nota de color no viene al caso"
(se escucha en la distancia este recado)

¿Qué cuerda del rencor habré pulsado?
¿Ser regalo a una mujer es un fracaso?
¿La flor no es mujer y es hombre acaso?
(se pregunta aquel narciso desolado)

Si soy bella, soy amor, galantería;
si con mi aroma perfumo y agasajo,
¿no podré felicitarte en este día?

Si a los muertos acompaño y amortajo
si nací, sufrí, crecí con alegría...
¿no podré felicitarte en tu trabajo?
  

1 comentario:

  1. Este poema tiene su historia. Nació de una frustración, de un golpe en mi estima cuando regalé un bello narciso de mi jardín a una mujer trabajadora de mi centro de trabajo. Aunque en un primer momento agradeció el detalle, después proclamó públicamente que no era día "de flores" sino de reivindicar derechos, rechazar violencia contra la mujer y significar su condición desigual en la sociedad. Al verme indirectamente aludido sentí una gran tristeza... ¡Yo solo pretendía rendir un homenaje a quienes trabajan a mi lado, a personas a quien admiro!
    No entendí esa reacción que percibí con un toque de agresividad... No seré yo quién niegue tus méritos, mujer... Te equivocaste de enemigo.

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