Fábula de la oveja y el agua clara
Un joven cordero y una oveja vieja
Llegados al río, sucio lo encuentran
enturbian el agua los que antes entran
ya no hay agua clara, el cordero se queja.
¿Quieres agua clara? Le dice la oveja
Adelanta a todos los que en él se adentran
ponte tú el primero: eso es lo que cuenta.
El cordero acepta y entonces la deja.
Remonta el rebaño y pronto se aleja
y en lo alto del río bebe el agua fresca.
Al ver turbio el agua: todos se lamentan:
¿Ves lo que nos pasa porque das consejas?
-Ya me tenéis harta -dice la pelleja-
Si doy un consejo, todo son monsergas
y si no lo doy todos me protestan.
Haga lo que haga, siempre tenéis quejas
Y se fue a pastar pensando perpleja:
"Oveja que bala, ya no come hierba"
las otras ovejas, pronto se impacientan
corren río arriba donde el agua espeja
Todas se adelantan, todas se despejan,
por ser las primeras luchan y se enfrentan,
no beben ni un sorbo, nadie se alimenta
nadie se conforma, nadie se apareja.
Rendidas, lisiadsas, rotas las guedejas
se tumban cansadas que si no revientan.
Entonces sin fuerzas, sin que se defienda:
Llegaron los lobos y las despellejan.
¿Hace falta, amigo, una moraleja?
¿Cuándo nadie cede y todos se enfrentan,
cuando cada cual, tira por su cuenta...
¿Eres tú el cordero o la oveja vieja?
NOTA: Si quieres ver una versión en prosa más detallada y conocer el origen de esta sencilla fábula, lee el artículo de este otro blog mío en el que te explico su origen: La fábula de la oveja y el agua clara
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