En la escuela de Belén
con cálamos y papiros
los niños con mil suspiros
dicen por fin el ¡Amén!
Jesús, el niño que miro
en su cunita, también.
Y, acabada la lección,
salen de la sinagoga:
uno al aro, otro a la soga,
al columpio, al balancín;
otro canta una canción...
Su juego no tiene fin:
es como una oración.
¡Feliz Navidad, Chiquitín!
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