Villancico de la mula.
La mula, quejosa,
protesta enfadada:
¡No quiere, nerviosa,
ni paja, ni nada!
Su pobre pesebre
un niño ha ocupado
- ¡Y que lo celebren...!
¡Eso es demasiado!
Su hierba aplastada,
su trigo olvidado:
nada ha descansado
toda la jornada.
En un rinconcito,
venga a rumiar:
- ¡Mi rango, mi sitio,
lo van a ocupar!
Su dueño ¡qué pena!
hoy no va a venir:
- ¿Sin agua, ni avena,
qué será de mí?
Su pelo enredado,
muy sucia su crin,
todos ocupados
con el pequeñín.
Al fin lo ha mirado,
lo ha mirado al fin:
¡Y olvida el enfado
viendo al chiquitín!
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