Nieva en Judea,
juega
la nieve sobre la aldea.
Belén tapizado en blanco.
Y entre el frío se escucha
un llanto.
El portal desocupado
(su dueño muy preocupado)
se ha poblado de pastores,
de mulas, bueyes y flores,
de magos adoradores...
Ahora lo ocupa un rey
- ¿Un rey?
¡Si se visten con harapos,
si no van a la posada
porque no les queda nada...!
- No encuentro la solución
¡y ya han pasado diez horas!
Si hasta el mismo centurión
se plegó a la devoción
y le adora,
¿Qué hago ahora?
No debí desocuparlo
Ahora qué hago ¿quemarlo?
No sé, no me decido,
con bebé recién nacido...
¡será mejor ni pensarlo!
- Se quedan todo el invierno
lo sé, lo tengo muy cierto
Lo tendré que hablar con ellos
"Miré usted, aquí tengo el sello
es de mi propiedad
el portal."
- ¿Y no hay piedad?
Verá, yo soy carpintero
le arreglo el portal entero
Se lo arreglo de verdad
Y tras esta Navidad
lo dejamos en enero.
- No quiero.
Y María coge el niño
Y José su borriquillo
Y en medio de la nevada
un pastor que les acoge
les presta contra la helada
su choza donde se alojen.
Y en este nuevo portal
sin que nadie les reproche
el niño pasa la noche
en vez de en cualquier erial.
Cuando al alba se marcharon,
a aquel pastor le dejaron,
inesperado tesoro
las pajas de su pesebre.
Como un infantil orfebre
el niño las trocó en oro.
Un viejo arranque (de hace algunos años) para este villancico sirvió para completarle en este año. Una vieja idea por fin llevada a cabo. Tenía decidido cada año escribir un villancico desde la perspectivas diferentes a las habituales. Hoy la de "okupa" ¿O acaso no lo fue la Sagrada Familia en realidad?
ResponderEliminarPues sí señor, tienes razón!!!
ResponderEliminar=)))
Alguien escribió un comentario diciendo que no tenía razón, que estaba equivocado, que la Sagrada Familia pasó primero por la posada y, como no tenían sitio, se vio obligada a recurrir a un portal abandonado... Pero yo tengo derecho a recrear el hecho como creo que pudo suceder... ¿Habéis oído hablar de los evangelios apócrifos? Resulta que las versiones de la vida de Jesús difieren bastante según quién las cuenten... La iglesia decidió dar crédito exclusivo a cuatro de aquellos escritores pero, ¿quién asegura que son los más creíbles? La tradición popular sobre la Navidad bebe de muchas fuentes de los evangelios apócrifos... Pensándolo bien, sí, ¡fueron ocupas! pese a quién pese. Y las actitudes de muchos propietarios hoy en día coinciden con las que describo en el villancico.
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