Trocitos de cielo
El niño Jesús
mira desde abajo,
solo ve gigantes
y agita los brazos.
A veces se asusta
de un trueno lejano,
a veces se agita
cuando cae un rayo.
Tiene en sus manitas
la postal que trajo
el divino cartero
desde su palacio
Te la doy, recuerda,
este es tu reinado:
tu casa del cielo;
cuando vuelvas, claro.
Viene un pastorcillo
y entre los dos brazos
lleva un corderillo
que deja a tu lado.
Tú se lo agradeces
rompiendo un pedazo:
un trozo de cielo
le has regalado.
Hasta tu pesebre
llegan los tres magos:
un poco de oro
y de mirra un frasco,
de incienso una caja
son sus tres regalos.
Tú se lo agradeces
y les das, llorando,
tres trozos de cielo
de estrellas cuajado.
Muchos personajes
visitan tu extraño
pesebre de paja.
Ya te están mirando
tendido, postrado:
son grandes actores,
ricos mandatarios,
hermosas mujeres,
curiosos... son tantos...
Viene mucha gente,
hablan a tu lado,
se ríen contigo,
pasan un buen rato
Tu rompes trocitos
de cielo azulado,
con una sonrisa
los vas entregando.
Tu postal celeste
ya se está acabando
a tu cielo solo
le queda un pedazo.
Miras a tu madre
que te cuida tanto;
con una sonrisa
pones en su mano
él último trozo:
- Toma madre mía:
el trozo que guardo
para ti: la estrella
que me está alumbrando.